Como se mencionó en el tema anterior, en Firenze existió la familia Medici, que fue clave para que esos cambios culturales mencionados se llevaran a cabo en la medida en la que sucedieron y a continuación vamos a conocer a los miembros importantes y saber cómo es que participaron en esta historia.
Cosimo I. 1389-1464.
Es el primer integrante de los Medici que tiene una historia sobresaliente. Antes de Cosimo la familia gozaba de estabilidad social y económica, sin embargo, se intuye que solo eran uno más de los comerciantes que existían en Firenze y a la muerte de su padre, Cosimo recibe una herencia que se dividió entre los cinco hermanos, sin embargo, fue precisamente Cosimo quien supo acrecentar esa herencia y convertirla en una fortuna, posicionando a los Medici como los empresarios más importantes en Firenze.
En ese entonces la ciudad era conocida como un centro de comercio importante en el área de lo que hoy conocemos como Italia y las industrias que sobresalían eran las telas, las pieles y en menor medida la medicina y aunque no se sabe a ciencia cierta, los historiadores creen que es precisamente en la medicina que la familia se desarrolló anteriormente, pues en esa época la organización política de Firenze se dividía en los llamados oficios, que no es más que el acceso a ciertos privilegios sociales y políticos que los empresarios de las diferentes ramas tenían para acceder a la toma de decisiones y como era costumbre de la época incluir la profesión para crear los apellidos es como se cree que los Medici se iniciaron en la medicina.
Pero Cosimo tenía una capacidad sobresaliente en los negocios y no fue en la medicina que consolidó su fortuna, sino en otra área, la cual dejaremos pendiente de comentar más adelante, pues merece mención aparte ya que se trató de la idea que cambió completamente la historia, pues como ya se verá más adelante, se convirtió en el empresario más importante de Firenze y no solo eso, sino que con ello también se volvió el poder reinante, considerado prácticamente un dictador y, algo muy importante, encontró en el patrocinio de los grandes pensadores de la época una vía para modernizar el pensamiento. El ejemplo más importante de esto fue la construcción del Duomo por el arquitecto-ingeniero Brunelleschi, quien retó la lógica de esos tiempos, atreviéndose a construir una cúpula de la que todos estaban temerosos, pues creían que caería, pero se dice que el mismo Brunelleschi la siguió construyendo con sus propias manos cuando los albañiles decidieron que no seguirían por temor a lo que pudiera pasar, de modo que al finalizar la construcción, al obra fue inaugurada con gran júbilo por tratarse de un símbolo que mandaba el mensaje de que en Firenze se podía lograr incluso lo imposible.
Lorenzo Il Magnifico. 1449-1492.
Nieto de Cosimo, hereda de su familia un poder consolidado y para entonces los Medici no eran importantes solo en Firenze, sino que eran ya un poder importante en toda Europa.
Algo que Lorenzo se aseguró de seguir incrementando fue la producción de arte y obras constructivas que mostraran la grandeza de Firenze y de esta manera se vuelve patrocinador de artistas como Botticell, Raffaello y también continuó con desarrollo de caminos para seguir comunicando a Firenze a través del comercio y otros edificios fastuosos que a la vez de ganarle respeto entre los habitantes, también le ganaban el celo de algunos personajes.
Entre estos personajes se encontraba Savonarola, un clérigo que buscaba la reforma de la iglesia y que aprovechó la fama que ganó para también cuestionar la vida frívola y el derroche de los Medici, acusándolos de desfavorecer a los más necesitados. Y es con este ambiente de cuestionamiento entre algunos sectores de la población que la familia Pazzi, competidores políticos y de negocios de los Medici crean un plan para asesinar a Lorenzo en una misa auspiciada en el Duomo y así tomar el poder en Firenze. El ataque se llevó a cabo y en el mismo muere Giuliano, el menor de los Medici. Sin embargo, Lorenzo logra escapar y esa misma noche, respaldado por sus guardias y pobladores que estaban enfurecidos por al atrevimiento, buscan a la familia Pazzi y dan muerte a todos sus integrantes, desapareciendo así su linaje y la que podía ser la competencia de los Medici.
Con este acto Lorenzo se vuelve una figura mítica y es cuando es apodado Il Magnifico.
León X. 1475-1521.
Al poder político y económico de la familia solo le faltaba un último toque y es de esa manera que Giovanni Lorenzo di Medici se vuelve León X, Papa de la Iglesia Católica de 1513 a su muerte en 1521 y tras de sí Clemente VII y León XI le suceden como miembros de la familia (más Pio IV que llegó al papado bajo el apellido Medici, pero en realidad solo había modificado su nombre para hacer creer a todos que era parte de la familia).
Catalina di Medici. 1519-1589.
Reina de Francia en un momento en que el país enfrentaba inestabilidad por cuestionamientos a la monarquía, debidos principalmente al disgusto del pueblo por las condiciones en las que vivían, ejerció el mismo estilo de gobierno que su familia al lograr incidir de forma importante en las decisiones, pues tenía influencia sobre su hijo, el Rey Francisco II, quien había sucedido a su padre Enrique II después de su muerte repentina. Como Francisco era muy joven e inexperto, Catalina termina siendo considerada el poder tras el trono, algo que era un tanto inusual para una figura femenina de los tiempos.
Su carácter conciliador y a la vez fuerte, junto con su conocido interés por patrocinar a las mentes privilegiadas del momento le había ganado ya una buena reputación y de esta manera logró mantener la paz y a su familia en el poder.
Ana María Luisa di Medici. 1667-1743.
Hija de Cosimo III, último gobernante Medici en Firenze, es considerada como la responsable de que la ciudad sea considerada actualmente un centro cultural a nivel mundial. Era una mujer de carácter fuerte y determinado, que tenía capacidad para haber continuado al frente del gobierno, algo que su padre Cosimo III intentó cercano a su muerte en 1723, sin embargo, la costumbre en el momento era que el primogénito varón heredara el puesto y como Cosimo III no había tenido hijos, Ana María Luisa enfrentó a detractores que aprovecharon la ocasión para relegar a los Medici y terminar con el poder detentado por casi cuatro siglos.
De esta forma, la casa de Habsburgo, que era otro de los grandes poderes europeos, aprovecha el revuelo por la falta de primogénito en Firenze y nombra a Francesco de Lorena para tomar el poder, de forma que Ana María Luisa se ve obligada a claudicar a sus intentos de hacerse gobernadora, no sin antes llegar a un acuerdo en el que se estipuló que cualquier obra de arte, joya, producción científica o escrita que formara parte del patrimonio de Firenze en el momento, no podría abandonar la ciudad y es por eso que en la actualidad la ciudad conserva las obras que la caracterizaron durante el Renacimiento.
Los descendientes Medici.
Actualmente ya solo viven dos descendientes de esta familia, que son Lorenzo y Carlo, ambos casados, pero ninguno de los dos tuvo hijos, por lo que el apellido tiene los días contados.
La idea que transforma todo.
Al inicio de este tema se mencionó acerca de cómo Cosimo I acrecentó la fortuna de su familia, convirtiéndola en una de las más poderosas de Europa.
Como ya dijimos, Cosimo recibe de su padre Giovanni una herencia que le permite sacar provecho de su habilidad empresarial en el negocio de los bancos.
En ese entonces los bancos funcionaban en realidad como cajas de ahorro locales, en las que las personas guardaban su dinero y podían disponer de él en el momento que deseaban, sin tener que guardarlo en casa y como el comercio en Firenze era importante, existían varios bancos en la ciudad que daban servicio a los locales y, por supuesto, se contaban entre las empresas más lucrativas y Cosimo decide pasar al siguiente nivel, olvidándose del banco a la usanza de su tiempo y llevando a la realidad una idea que cambió por completo los negocios, no solo en Firenze, sino eventualmente en toda Europa.
Al ser los comerciantes de Firenze personas importantes que debían viajar a intercambiar bienes y dinero a otras capitales de la época, uno de los grandes problemas a los que se enfrentaban era a la inseguridad, pues imaginemos que al tener que viajar a Venecia a vender un lote de telas, al regreso debían hacerlo en carruajes cargados con dinero y en el medio se podían encontrar con bandidos listos para robar las ganancias, por lo que el gasto en guardias y armas para protegerse era considerable, sin mencionar el riesgo de ser heridos o incluso asesinados y es pensando en cómo resolver este problema para los empresarios de Firenze que Cosimo tiene esa idea que cambia la historia.
Banca Medici inaugura dos sucursales, una en Roma y otra en Milán, que eran los principales puntos de comercio con Firenze, de modo que ahora, los empresarios florentinos que viajaban a Roma o Milán a dejar un lote de producto ya no debían regresar cargados de dinero, sino que lo podían depositar en la sucursal local y a su regreso a Firenze podían disponer de su dinero a través de una especie de salvoconducto que les permitía más libertad para viajar.
Este movimiento tan sencillo resultó un rotundo éxito, pues los comercios en Firenze quisieron inmediatamente una cuenta en Banca Medici y los comercios romanos y milaneses no tardaron en hacer lo mismo, incluida la iglesia.
En poco tiempo Banca Medici tuvo sucursales no solo en Venecia, Nápoles, Turín, sino que llegaron a Amsterdam, Paris, Berlín, etc.